
Le preguntó a uno de los jugadores que estaba en la banca cuál era el marcador.
«Estamos perdiendo dieciocho a cero», contestó el niño. «Bueno», dijo el hombre, «Tengo que decir que no se ven desanimados». «¿Desanimados?» dijo el niño, confundido. «¿Por qué deberíamos de estarlo? Todavía no comenzamos a batear».
Para la mayoría de la gente, el juego de la vida es largo, y recibimos muchas oportunidades para aprender, conseguir, servir y enmendar nuestros errores.
Anímate. No importa qué tan oscuras parezcan las cosas en algún momento, siempre hay motivos para tener esperanza.
pag. 72-73 Libro Lo que Marca la Diferencia. Jhon C.MaxWell